Siempre he dicho que a pesar de que en lo general el PAN es un partido medievalmente retrogrado, luego a veces sorprenden las afortunadas excepciones de algunos de sus miembros, quienes de manera anti-tradicional y actuando a contracorriente son capaces de utilizar el raciocinio y expresan criticas bastante buenas y reflexivas sobre el partido y con mayor énfasis en algunos de sus dirigentes.
Y es que desde la penosa frase partidista de referirse de manera ignara y redundante a la gente como “personas humanas” hasta adoptar (y mejorar) practicas inauditas del PRI, el PAN siempre da abundante material de inspiración para los comediantes y para los críticos como por ejemplo:
En la época en la que gobernaba el PRI, los priistas tenían una preferencia electoral que se definía por la siguiente póliza de garantía, pues decían que:
"El PRI es tan bueno, que aun postulando a un burro gana las elecciones"
Ahora en el PAN, utilizan la misma “garantía”, nada mas que aquí en Baja California son más sofisticados y han llegado a la necesidad de hacer “manuales de imagen e identidad”, para tener homogeneidad en todos sus candidatos de molde (es decir, aquellos candidatos “títeres” previamente diseñados o “descubiertos”), manuales que no son otra cosa que instrucciones de uso para ejercer el negocio de la política en todos aquellos candidatos principiantes, novatos e inexpertos, algo así como un “instructivo de política para dummies”, en las que les describen paso a paso que es lo que deben de hacer para apegarse al “protocolo” básico.
A continuación les presento una verdadera (y ejemplar) muestra de autocritica, elaborada por un panista y publicada en una revista oficial del PAN (La Nación).
El artículo es el número 205431 y apareció en la edición No. 2265 de la revista La Nación, el autor es Javier Brown Cesar.
Otros síndromes y complejos
Por: Javier Brown César
Hace algunas entregas escribí sobre patologías que afectan la recta marcha de la vida institucional del PAN, ahora quiero retomar la cuestión para redondear el tema.
En el número 2261 de La Nación adopté las siguientes definiciones convencionales: un “síndrome resulta de la concurrencia de signos y síntomas que pueden evidenciar una patología, mientras que los complejos implican relaciones interpersonales usualmente enrarecidas por una lógica perversa”.
El complejo del panista carne de cañón
Estos panistas, una vez pasada la campaña y electo (o no) su líder, engrosan el padrón pero no las filas de activistas y voluntarios, y en ocasiones se retiran de toda actividad cívico-política y se alejan del Partido, profundamente desilusionados.
y aquí esta el articulo anterior, que el autor hace referencia: articulo 205119 : Numero : 2261.
síndromes y complejos
Por: Javier Brown César
Según los psicólogos, un síndrome resulta de la concurrencia de signos y síntomas que pueden evidenciar una patología, mientras que los complejos implican relaciones interpersonales usualmente enrarecidas por una lógica perversa.
En el Partido, a lo largo de diversos cursos he escuchado la mención a algunos de ellos, por lo que quiero consignarlos aquí, ya que de alguna u otra forma son parte de lo que en la cultura panista sabemos que se tiene que evitar.
Adán
Como lo relata el Génesis, Adán fue la primera persona humana creada por Yahvé. Dios formó a los animales del paraíso para que Adán les pusiera nombre. Cuando el síndrome de Adán se da en política, se refiere al dirigente recién electo que pretende que antes que él no había nada ni nadie y que él llegó a fundar al Partido.
Desde luego que una característica fundamental es que a todos considera como especies de bestias paradisíacas y les pone apodo o les cambia de nombre usando diminutivos o aumentativos.
En el paroxismo, el Adán político puede incluso llegar a quemar los archivos históricos, destruyendo así la memoria de lo sido.
Complejo de Edipo / complejo de Layo
Layo era rey de Tebas cuando el oráculo de Delfos le vaticinó que su hijo lo asesinaría y se casaría con su madre. Horrorizado por el anuncio, al nacer su hijo le deformó los pies y lo abandonó en una montaña solitaria.
El pequeño con pies deformes (oe dipus) fue rescatado por el pastor Forbas y criado por Polibio y su esposa Peribea. Edipo creció fuerte y vigoroso, y huyendo del oráculo que había vaticinado que mataría a su padre se encontró con su padre (sin saberlo) en el camino a Fócida y lo asesinó.
El hermano de Yocasta, Creonte, ascendió al trono y prometió la mano de Yocasta al que descifrara el enigma de un ser horrible, la Esfinge.En su camino Edipo se encuentra a la Esfinge, la cual le pregunta:
“¿Cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro pies, dos al mediodía y tres en la tarde?”.
Edipo le responde que el hombre (ya que de pequeño anda a gatas, ya mayor erguido y en la vejez requiere de bastón). La Esfinge se suicida y Edipo se casa con Yocasta.La tragedia termina cuando una terrible peste asolaba a Tebas, la cual terminaría cuando se descubriera al asesino de Layo.
Según una versión, Edipo fue descubierto cuando enseñó a Yocasta el cinturón que le había quitado a Layo, y al saber lo que había hecho, Edipo se sacó los ojos y Yocasta se suicidó.
En política, todo aquel joven que pretende acabar con las personas de mayor experiencia para entrar en amasiato con la estructura padece el complejo de Edipo y, viceversa, todo aquel político con experiencia que pretende acabar con los jóvenes por miedo a ellos, padece el complejo de Layo.
Robinson Crusoe
Daniel Defoe cuenta la historia de un hombre que huye de su casa y luego se embarca con destino a Londres. El barco naufraga y sólo Robinson Crusoe sobrevive, llegando a una isla desierta un 30 de septiembre de 1659.Gradualmente, Robinson se construye una guarida y vive ahí con dos gatos y un perro que, a decir del mismo náufrago: “Me traía todo lo que yo quería y me hacía compañía; lo único que faltaba era que me hablara, pero eso no lo podía hacer”.
Poco a poco Robinson se hace con otros animales, como una cabra que tenía una pata rota y a la cual cura.Después de 25 años, Robinson interviene en una persecución y salva al perseguido. Tras darle de comer, Robinson mismo le dice: “Le hice saber que su nombre sería Viernes, que era el día en que le había salvado la vida. También le enseñé a decir amo, y le hice saber que ese sería mi nombre”.
Cuando el complejo de Robinson Crusoe se da en política, la persona afectada por él considera a las estructuras o los cargos de servicio como su isla y, por ende, sólo se acepta a Viernes (no importa el nombre, en realidad lo que importa es la relación de dominación que se establece: Viernes no es de la cultura de Robinson ni conoce lo que éste ni habla bien su idioma, pero es capaz de servirle y lo llama amo) y a las mascotas de Robinson, que lo más que pueden hacer es seguir las instrucciones de su amo humano.
Dédalo e Ícaro
Debido a que Dédalo engañaba constantemente al rey Minos, éste lo encerró en el laberinto con Ícaro. Ícaro era hijo de Dédalo y la esclava Naucrates. Estando en el Laberito, Dédalo, que era arquitecto e inventor tuvo la idea de juntar plumas de aves, con trozos de lino y cera.
De esta forma, ambos comenzaron el éxodo y Dédalo recomienda a Ícaro que no vuele demasiado alto, pero éste, deslumbrado por la belleza del firmamento y con la música de los pájaros cobra altura hasta que el sol ablanda la cera e Ícaro cae al mar.
En política, el complejo de Ícaro se aplica sólo a los jóvenes que, guiados por políticos con experiencia, reciben consejos sabios y prudentes que después ignoran, deslumbrados con el poder.
Da tal forma que pierden de vista lo importante para fijarse en lo accesorio y suben rápidamente como la espuma. Una vez en las alturas desoyen aquello que les habían dicho y caen víctimas de su propia vanidad, orgullo o malas acciones.
Lo peor para estos efebos imprudentes es que entre más alto es el puesto más estrepitosa y dolorosa es la caída.
El Coloso
Hay en la producción última de Goya, y específicamente en las llamadas “pinturas negras”, un cuadro que llama la atención: se trata del llamado Coloso (que en el inventario de los bienes del Sordo Genial se llama “Un gigante” y en el catálogo del Prado “El pánico”.
Se trata de un gigante sobrehumano del cual huyen personas en caótica desbandada.Cuando esto se da en política se trata de aquel que llega a las estructuras para arrasarlas y atropellar derechos a diestra y siniestra, lo que usualmente provoca la desbandada de ejércitos desordenados de militantes.
El síndrome del Pitufo
Este es uno de los síndromes más llamativos, ya que el que lo padece es ciertamente azul, pero enano políticamente y, desde luego, como cualquier Pitufo, no tiene mamá y es seguidor incondicional de Papá Pitufo.
REFERENCIAS:
Revista La Nación, ediciones No. 2261 y 2265
http://www.zetatijuana.com/html/EdicionActual/ZoomPolitico_CANDIDATOS_DE_MOLDE.html
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