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domingo, 23 de enero de 2011

Algunos ejemplos de locutores "estomago" de la radio en México.

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Hay una moda informativa de la radio bastante lamentable aquí en México, que aunque no es nueva, nunca deja de ser detestable, me refiero a los noticieros de espectáculos ó programas de chismes en los que además incluyen noticias o reportajes “científicos”.

Y es que aunado a la tradición de escasa difusión del conocimiento científico, en las estaciones de radio mexicanas sigue siendo prioridad asociarse mercantilmente con los charlatanes ya sea publicitando sus fraudulentos servicios, concesionándoles espacios para sus propios programas “especiales”, brindándoles entrevistas o simple y sencillamente invitándolos a participar en sus programas con algún tema de “interés” general como ovnis, fantasmas, horóscopos o alguna terapia de “sanación”.

Y nada más para aclarar en esta entrada no me voy a referir a aquellos conductores de radio que de manera ocasional (y afortunada) mencionan notas científicas en sus programas, sino que me refiero a aquellos conductores que una nota de ciencia la convierten en una nota de pseudociencia y que además la “interpretan” sin estar calificados para ello. Me refiero a los conductores de radio que emulan el trabajo de los periodistas científicos, los cuales si se comparara a la comida con la información, se les conocería como:

Los conductores “estomago” de la radio.

Son locutores especializados en chismes y espectáculos y que de pronto dan noticias científicas a pesar de que NO tienen ni la más remota idea de lo que es ciencia, de lo que es el método científico, de las características de una investigación científica, de cuánto tarda en publicarse alguna novedad científica, de que es una noticia con evidencia científica, de cuáles son los medios legítimos de divulgación científica, de cuales personas son legítimos investigadores, ó que es un fraude científico.



Veamos dos ejemplos particulares de estos:

 
 
 
Hace tiempo un conductor de radio muy popular aquí en Tijuana, llamado Mario Alberto y que conduce un show matutino de variedad (chismes, espectáculo, sociales, ovnis, fantasmas, angelología, astrología, pseudociencia variada, etc.) hizo lo siguiente:

Dio con bombo y platillo un “notición”, con un sentimiento equiparable a si estuviera anunciando un “gran descubrimiento”, la noticia lo sorprendió de tal magnitud, que invito a un “investigador” de los que seguido participan en su show para que le “explicara” y diera más detalles al público.

El gran notición fue que los “científicos” de la ONU, habían designado a una embajadora para extraterrestres, con lo que ahora (Mario Alberto dixit, palabras de más, palabras de menos) se confirmaba y se sacaba a la luz un fenómeno del que ya se sabia que ocurría, pero que ahora con la designación de la embajadora dejaba de ser algo secreto, digo, es tanta la evidencia del fenómeno ovni, es decir son tantas las pruebas de la existencia de los ovnis, que ahora con este nombramiento, pues de alguna manera, estamos más tranquilos, pues al menos ya sabemos que los gobiernos de todo el mundo en lugar de ocultar éste fenómeno al público como siempre lo han hecho, finalmente ya se dieron cuenta de que no somos tan débiles como para asustarnos con esto y pues lo bueno es que ya empezaron a hacer algo”.



Pero por favor no vayan ustedes a pensar que el locutor Mario Alberto, es un “ingenuo” cualquiera que le dice mentiras al público (aunque, ultimadamente ustedes son libres de pensar lo que quieran) pues recuerden que él de manera responsable llevo a un “especialista” en ovnis para que explicara el fenómeno, además la noticia la obtuvo de un “prestigioso y formal medio de comunicación” por lo que “no puede ser mentira esto”.


 
 
Como ven, una noticia como la anterior, proporcionada por una persona ignorante en temas científicos y carente de un mínimo de suspicacia, análisis ó critica lejos de informar, promueve el pensamiento mágico entre el público contribuyendo a que las supersticiones y los FRAUDES como el de los extraterrestres se perpetúen.

La situación sería distinta si en esa estación de radio trabajara algún periodista o asesor científico (y además dejaran de brindarles espacios a los charlatanes).

 
 
Ah, por cierto, tengo curiosidad de saber si después de cierto tiempo el locutor tuvo el valor de declarar de manera pública en compañía de su “investigador” que todo lo que habían dicho previamente era FALSO.

Yo creo que no, pues todavía sigue invitando a su “investigador” experto, a participar en su programa.



 
 
 
 
 
 
 Hace unos días se estreno en la cadena de radio “Los 40 principales”, un programa llamado “La corneta”, conducido por Eduardo Videgaray y José Ramón Sancristobal, un programa de entretenimiento general.






Y sus conductores también participan en la moda lamentable de incluir reportajes “especiales” ó notas “científicas”.


He escuchado sus notas “científicas” y la verdad que no dejo de reírme (ni de lamentarme).

Ellos son un gran ejemplo de porque a un micrófono se le puede llamar intestino, pues es de verdad increíble como transforman una nota de interés científico en una nota cómico-amarillista, o en otros términos, en como una buena nota científica la transforman en… llamémosle basura.



Dejen les describo más detalladamente la experiencia de escucharlos:

1.- comienzan a leer la nota.


2.- interrumpen su lectura para agregarle algún chiste que recordaron con el tema.


3.- Continúan leyendo la nota.


4.- Vuelven a interrumpir, pero ahora para “recordarnos” de que tema están hablando.


5.- Siguen leyendo.


6.- Vuelven a interrumpir pero ahora para explicar “con naranjitas” el tema para que el público entienda el concepto.


7.-siguen leyendo la nota.


8.- Otra interrupción pero ahora para explicarnos “lo que los científicos nos quieren decir”.


9.- Antes de seguir leyendo la nota vuelven a acordarse de otro chiste olvidándose del tema.


10.- Se acuerdan que estaban dando la nota del día.


11.- Comienzan a leer la nota nuevamente.


12.- Aprovechan para decirnos algunos datos de sus fuentes: “según un estudio”, “de acuerdo a unas pruebas”, “en una publicación”, “se hicieron varios experimentos”, “los investigadores creen”, etc., (como siempre, nunca mencionan que tipo estudio, que tipo de pruebas, que tipo de publicación, que tipo de experimentos, que tipo de investigación, los resultados FINALES de la investigación, que tipo de investigadores, que centro de investigación, usted sabe las clásicas omisiones).


13.- Otra interrupción pero ahora para decirnos sus creencias y pensamientos personales sobre el tema, al igual que las fuentes, sólo dan anécdotas y NINGUNA EVIDENCIA, fuente o referencia comprobable.


14.- Por fin, terminan de leer la nota.


15.- Improvisan alguna puntada final.


16.- Ahora si proceden a darnos la “explicación” final.


17.- Recuerdan mencionar algo importante de la nota.


18.- Otra puntada alusiva.


19.- Otra explicación final.


20.- Amenazan con darnos mañana otra “interesantísima” nota como la del día de hoy.


21.- mandan a un corte, y al regreso, continúan con lo informal.



Quiere un ejemplo, puede escuchar éste antes de que lo quiten de la página :

 
 
 
 
Una frase célebre que he escuchado en uno de  sus programas fue:


“y bueno los científicos ahora quieren que los ratones hablen como los pericos”



Ah, por cierto, como buenos comunicadores que son, ellos también (al igual que muchos medios “formales” de comunicación) nos hicieron el favor de reciclar el cuento de los embajadores para extraterrestres e interpretarnos (¿correctamente?) una nota como la siguiente:

 
 
Preste especial atención al encabezado y a la imagen con la que se ilustra la nota.




Ahora comparelo con éste otro titular de la misma noticia:


 
 
 
 
 
¿Nota usted alguna diferencia?

¿Cree usted que estén hablando de lo mismo?

Ambas notas son de medios de comunicación de España, y ambas notas se encuentran en la sección de ciencia, ahora:

¿Cuál de los dos medios estará realmente hablando de ciencia?



Una sugerencia para los locutores “estomago”, si van dar notas con información científica, cuenten con la colaboración de un periodista o un asesor científico que les instruya como dar las notas, sobre todo para que les diga que estupideces son las que NO se deben de decir (pa que mejor me entiendan para que les diga lo que es ciencia y lo que es pseudociencia), no den las notas “en abono”, no la mezclen con sus opiniones personales y por favor NO interpreten éste tipo de noticias, porque no saben hacerlo.

 
 
 
“SEGÚN UN ESTUDIO”



Hay un ejemplo fabuloso que me encontré en el blog una molécula al viento, que nos enseña algunos criterios que debemos de considerar con la información del tipo “según un estudio”:



Una entrada titulada DIGA NO al té embotellado de una página ecologista llamada VeoVerde, nos dicen que “según un estudio” realizado por Shiming Li concluyen que el té:

"Una vez que ha sido procesado y después embotellado suele perder la mayoría de todos los beneficios saludables que presenta cuando uno toma el té directo desde la bolsa a la taza."

Luego señala que el estudio “comprobó” la pérdida de polifenoles en la modalidad embotellada.

Debido a que no tenemos la referencia directa del estudio, no es posible determinar el mérito investigativo y científico del estudio (comprobar las condiciones y parámetros experimentales, la metodología seguida, la rigurosidad con que se realizan los ensayos, los resultados obtenidos y cómo extrae conclusiones a partir de ellos a la luz de la bibliografía presentada).


Pero existen ciertas cosas que sí podemos preguntarnos al respecto:

•La expresión "suele perder" podría significar que pierde absolutamente todo, o sólo una parte (incluso tan pequeña que puede ser desestimada) de lo que estamos midiendo. Esto muestra la importancia de tener número en la mano a la hora de explicar a qué nos referimos.

•El "suele" significa que NO siempre se pierde, por lo que nos debemos preguntar ¿cuántas veces ocurrió esto? ¿cuál fue el total de muestras analizadas? ¿por qué en algunos casos no ocurrió el efecto esperado? ¿ocurrió en todos los parámetros medidos, o solo en algunos? ¿ocurrió siempre en los mismos parámetros, o hubo una combinación de ellos?.

Junto con un análisis estadístico, estas preguntas nos ayudan a revisar los protocolos de análisis y encontrar posibles errores en la metodología o en la realización de los experimentos.



• ¿A qué se refieren con "beneficios saludables"? Este término resulta ser muy amplio y poco definido, por lo que muchas cosas podrían tener cabida. Es importante saber los beneficios en forma exacta, de manera que puedan ser cuantificados.

•Un párrafo hace referencia a los polifenoles, dando a entender que se tratan de la causa de todos los "beneficios saludables" del té. Pero sin el texto original, no puedo saber certeramente que eso fue lo único que se midió en el estudio. ¿Hubo más parámetros analizados?, ¿cuáles fueron los métodos utilizados para medirlos?, ¿en qué condiciones?, ¿en qué se baso el autor para medir ese (u otros)?

La referencia bibliográfica y la exposición del autor sobre el tema cobran importancia.

•Nuevamente, sin el texto original, no podemos saber las condiciones de las botellas. ¿Cuánto tiempo estuvo el té embotellado?, ¿una semana?, ¿un mes?, ¿un año?, ¿qué tipo de botella, color, material?, ¿las condiciones de almacenamiento de las botellas?

•Si el autor hace sus propias muestras, ¿habrá comparado estos resultados con botellas comerciales?

La falta de datos y la escasa información que se provee no permite obtener ningún tipo de conclusión, muchas otras observaciones pueden hacerse debido justamente a esto.

Quizás el estudio se remite a señalar la oxidación que sufren los polifenoles debido al efecto de la luz al que las botellas pueden estar expuestas, quizás el estudio tiene una pobre metodología y los resultados son inservibles, o puede ser que la observación de la diminución en la concentración de polifenoles no sea parte integral del estudio.

Como sea el estudio, o a lo que nos enfrentemos, siempre debemos ir a la fuente de la información, y citar apropiadamente lo que usamos, para impedir problemas de comunicación, errores propagados y tener una idea más clara de lo que pasa.

Conclusión

Se necesita que en los medios de comunicación trabajen PERIODISTAS o ASESORES científicos. Y que la divulgación científica NO éste a cargo de comediantes ó comentaristas de espectáculos.



Saludos para todos.

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